sábado, 30 de octubre de 2010

Vargas Llosa: "El nacionalismo es una de las peores fuentes de violencia"

Fotografía: Mario Vargas Llosa_ El País


MADRID.- "Abrumado" por las innumerables muestras de cariño que ha recibido tras ganar el Premio Nobel de Literatura , Mario Vargas Llosa se enfrenta ahora a la publicación de su nueva novela, "El sueño del celta" , en la que explora los límites de la maldad y reflexiona sobre los peligros del nacionalismo.

"El nacionalismo es una de las fuentes peores de la violencia", y está detrás de "las peores carnicerías que ha vivido la Historia moderna. Las dos guerras mundiales son producto del nacionalismo, y las grandes tragedias de América Latina también están motivadas por esta ideología", afirma Vargas Llosa a la agencia de noticias EFE.

Desde que la Academia Sueca lo encumbró el pasado 7 de octubre del 2010, Vargas Losa no para de recibir felicitaciones, y eso "ha sido como otro premio", dice este portentoso narrador, siempre apasionado al hablar de su oficio de escritor.

Esa pasión late en las 450 páginas de su nueva novela, en la que da una paso más en "La cartografía del poder" por la que le dieron el Nobel -a Vargas Llosa le gusta la fórmula que utilizó la Academia Sueca porque él considera su obra "una exploración del poder y sus estragos"-, y reivindica la figura del irlandés Roger Casement (1864-1916), un personaje "fascinante" donde los haya.

El fascinante Casement

Casement fue cónsul británico en el Congo a principios del siglo XX y amigo de Joseph Conrad. Fue uno de los primeros europeos en denunciar los horrores del colonialismo en el Congo.

Su estremecedor informe sobre las atrocidades que allí se cometían con los nativos (Ediciones del Viento lo recupera ahora en "La tragedia del Congo") tuvo gran repercusión en la sociedad de su tiempo, como también sucedió con el que hizo tras su viaje a la Amazonía, para comprobar "in situ" los abusos sufridos por los indígenas del Putumayo, en la frontera entre Colombia y Perú.

Una biografía de Conrad le descubrió a Vargas Llosa la existencia de Casement, cuya trayectoria, dice a EFE, parece sacada "de una novela y, al mismo tiempo, es un personaje misterioso porque hay muchas partes de su vida que están en sombra y que son objeto de controversia".

"Eso a mí me estimuló porque me dejaba mucho campo para la invención, para la fantasía, para llenar todos esos huecos de su existencia", comenta el escritor, quien no duda en afirmar que en su nueva novela "hay más imaginación que historia", igual que sucedía, añade, en "La guerra del fin del mundo" y "La fiesta del chivo".

"Casement es un hombre fascinante y que representa algo infrecuente: por una parte es un héroe, un hombre que dedicó su vida a una causa muy justa; y, por otra, un ser humano con sus debilidades, errores y contradicciones", señala Vargas Llosa, que refleja con su habitual maestría las luces y sombras del personaje.

Y es que Casement "es una contradicción viviente desde que nace hasta que muere", subraya el autor de "La casa verde". Su dura experiencia en África y en la Amazonía lo llevó a ver cierta similitud entre el colonialismo de esas zonas y el que sufría Irlanda.
Dejó de ser pro británico y se convirtió en un independentista irlandés. Considerado un traidor por el Imperio Británico, fue condenado a muerte.

Mientras esperaba en la prisión la conmutación de la pena, la Inteligencia británica puso en circulación unos diarios, que ponían de relieve la homosexualidad de Casement y que estaban llenos de "obscenidades pestilentes".

Todavía es "un misterio" si estos diarios fueron "manipulados para difamar" a Casement. Fueran falsos o ciertos, la tesis de Vargas Llosa es que el cónsul británico "los escribió, pero no vivió todo lo que allí contaba". "Jamás hubiera podido ser por veinte años diplomático si hubiera hecho la décima parte de las cosas que cuenta en ellos", subraya.

Vargas Llosa derrocha entusiasmo al hablar de Casement. "Fue un gran luchador contra el colonialismo, el imperialismo, en una época en que todavía esas palabras tenían buena prensa. En Europa creían que el colonialismo llevaba la civilización a la barbarie, el cristianismo a la idolatría, y que llevaba la modernidad y prosperidad".

Pero en África se dio cuenta de que, "el colonialismo llevaba miseria, dolor y crueldad a un mundo primitivo, y que detrás de todo eso lo que había era una falta de legalidad y una codicia feroz", afirma Vargas Llosa, quien asegura que no ha "exagerado nada" al narrar las atrocidades que se cometieron en el Congo y en la Amazonía.

La evolución ideológica de Casement hacia el independentismo radical "debió de ser muy desgarradora para él".

Pero "era un hombre muy decente", y "rectificaba si la realidad le demostraba que estaba equivocado. Y en eso también es una persona bastante ejemplar, ¿no?", pregunta Vargas Llosa, antes de recalcar que el radicalismo "es uno de los peligros del nacionalismo".

"Yo creo que hay una cara del nacionalismo pacífica, democrática. Sin ninguna duda, hay partidos nacionalistas que juegan el juego democrático, que no son violentos, pero el nacionalismo en sí es una ideología que empuja hacia la violencia".

Y, si no, ¿por qué el nacionalismo ha sido la fuente de las peores carnicerías que ha vivido la Historia moderna?, concluye.
Fuente:Emol.com

El escritor Eric Faye gana el Gran Premio de Novela de Francia

Fotografía: Eric Faye

PARÍS.- El escritor Eric Faye ganó hoy el Gran Premio de Novela de Francia con el título "Nagasaki", una historia ambientada en Japón con la que el literato inaugura la lista de concesión de premios literarios del otoño en este país.

La obra por la que ha sido premiado, editada por Stock, cuenta la historia de un meteorólogo japonés, Shimura-san, que descubre que una mujer sin hogar habita en su propio domicilio desde hace meses y narra cómo se perturba su vida desde este insólito e inesperado hallazgo.

El protagonista, un hombre solitario y soltero en la cincuentena, descubre por medio de una cámara que ha instalado en su casa que una mujer habita en su hogar y ha logrado no ser descubierta durante mucho tiempo, pero la desaparición de alimentos la delata.

La novela es una forma de repasar la memoria que encierran los lugares y un resumen sobre la propia memoria, según la breve descripción que de la obra premiada hizo la editorial.

Faye, nacido en 1963, comenzó a escribir cuando tenía veinte años y obtuvo en 1999 el premio UNESCO-Françoise-Gallimard con "Croisière en mer des pluies". Es autor además de ensayos y relatos breves.

En "Nagasaki", el autor premiado por la Academia de Francia y que parte de un hecho real, cuenta la historia desde el doble punto de vista del hombre y posteriormente narra la vida de la mujer y de por qué decidió invadir el hogar del meteorólogo.

En la misma editorial el autor ha publicado varias de sus obras, entre ellas "Les cendres de mon avenir" (2001), "La durée d'une vie sans toi" (2003), "Mes trains de nuit" (2005), "Le syndicat des pauvres types" (2006), "L'homme sans empreintes" (2007) y "Nous aurons toujours Paris" (2009).

La obra de Faye sucede en la lista de premiados con este galardón a "Les onze", libro con el que el escritor Pierre Michon fue destacado el año pasado.
Fuente: Emol.com

Borges y Kafka unidos en una edición ilustrada tipográficamente

Fotografí: Borges y Kafka


Madrid, 24 oct (EFE).- Borges fue uno de los grandes admiradores de Kafka y uno de los principales difusores de su obra en castellano. Ahora estos dos grandes de la literatura universal han quedado unidos gracias a un libro ilustrado tipográficamente que incluye "La metamorfosis" y tres textos del autor de "El aleph".

Publicado por Nórdica, "Kafka Borges" es un objeto libro, un raro ejemplar artístico y experimental, ilustrado por la argentina Verónica Moretta y que encierra, además de "La metamorfosis", "La casa de Asterión", "Un sueño"y "El laberinto", de Borges.

El resultado de esta edición, limitada de 999 ejemplares, es un sueño laberíntico que invita al lector a perderse por el mundo de las letras, como objeto de arte, y por el universo imaginario de estos dos escritores que forman parte del canon de la literatura de todos los tiempos.

La diseñadora Verónica Moretta explica que la idea de ilustrar de manera poco convencional a estos dos autores juntos se le ocurrió por semejanzas, porque Borges había traducido en 1938 "La metamorfosis" de Kafka, en 1938, y en numerosas ocasiones mostró su admiración por el autor checo.

"Además -dice- temas como el laberinto, los espejos, el yo y el otro, los sueños, lo insólito, lo absurdo o las sorpresas son compartidos por los dos. Por eso los veo juntos".

Con una ilustración cercana a la corriente de vanguardia denominada "el letrismo", el libro es un objeto y un canto a la letra y a lo visual.

"El letrismo, a través de Isidore Isou, reveló el fin de la poesía de las palabras llegando a la poética de las letras y de los signos, y ese concepto me ha influido mucho en mi trabajo", añade la ilustradora.

En blanco y negro, el volumen se abre con un juego sobre el laberinto de Borges y de ahí en adelante los signos y las letras de todo tipo y forma, solas y acompañando a los textos, van formando toda una propuesta artística donde éstas sustituyen a las imágenes.

"Cada relato ha sido respetado en su totalidad. Cada palabra, cada signo de puntuación, están ubicados siguiendo fielmente el escrito original. Como ejemplo, 'El laberinto', de Borges; vemos cómo el autor va construyendo oración tras oración repitiendo exactamente las palabras de la primera en la segunda, y así sucesivamente hasta el final".

"La idea es -argumenta la diseñadora- troquelar el papel y así obtener la palabra de manera repetida aunque esté impresa una única vez. A medida que se lee la obra, se avanza a través de páginas caladas que representan visualmente un laberinto. Es probable que el lector esté obligado a retroceder y avanzar para poder comprender".

Este juego establece una complicidad que hace inevitable la sensación de estar encerrados en un laberinto.

Otro ejemplo que destaca Moretta está en "La metamorfosis" de Kafka, donde en la palabra "bastón" el asta de la letra N ha sufrido una modificación, que permite visualizar al lector un bastón, sin perder la posibilidad de leer esa palabra.

Todo un juego entre la realidad y su espejo que hubiera hecho las delicias de ambos mitos.

lunes, 25 de octubre de 2010

La técnica de César Aira _ Revista Ñ

Fotografía: César Aira

El escritor habló de su escritura al presentar "El error", su última obra, en España. "Ser previsible es lo peor que le puede pasar a un escritor", dijo.

Por MERCEDES BERMEJO

César Aira ansía la libertad de los artistas contemporáneos que pueden cambiar de formato con facilidad y por ello se decanta por una escritura "imprevisible" que se ha convertido en el sello de identidad del autor argentino, como una vez más pone de relieve en su nueva novela, "El error". Y así convencido de que "ser previsible es lo peor que le puede pasar a un escritor", Aira, uno de los escritores argentinos más prolíficos, avanza en su carrera literaria sin volver la mirada atrás y presenta en España su última obra, que llegará a América en los próximos meses.

Al buscar la génesis de esta novela, el escritor explica que "El error", al que el narrador se asoma desde la puerta de un ataúd que adorna la portada del libro, tiene que ver con su "técnica de escribir". "Si cometo un error, si una página me sale mal, nada de cambiarla sigo adelante y no la corrijo. A veces siguiendo adelante los errores se capitalizan y dejan de ser errores", indica Aira (Coronel Pringles, 1949). Y esta técnica, justifica el autor de más de una treintena de novelas, además de un buen número de traducciones, ensayos y cuentos, es lo que le da ese aire "un poco inesperado y sinuoso a lo que escribo".

"El error", basada en una experiencia real del autor, comienza con la visita de una pareja, con disputas cotidianas, a un jardín de un país exótico en el que se ubica un pabellón de esculturas. A partir de este escenario las historias se encadenan hasta darse la mano un bandolero -protagonista de una saga literaria que causa furor entre las mujeres de una prisión- con una mujer que huye tras creer haber asesinado a su marido y que a punto ha estado de librarse de la cadena perpetua.


Sin olvidar, el rol protagonista de la azarosa vida de un escultor que lo perdió todo. Y es que el arte es para César Aira una gran fuente de "sugerencias e inspiración", sobre todo las nuevas corrientes de arte contemporáneo, pese a que se confiesa un devoto de Velázquez y de "Las Meninas" por lo "extraño y "enigmático" del cuadro. "Vistas desde una mirada hostil estas corrientes (contemporáneas) pueden parecer extravagantes y provocativas, pero también tienen esa libertad de creación que a veces no falta a los escritores", asegura César Aira.

Cita entre sus artistas favoritos a los suizos Peter Fischli y David Weiss, y a todos aquellos que, explica, "migran de medio a medio, de formato a formato, que un día hacen un vídeo otro una instalación, un dibujo o un libro". "Yo me siento un poco así", asegura el escritor, que invita al lector a descubrir a través de la literatura una obra "mejor, peor o bastante mediocre, como las mías, pero con intenciones artísticas" y no a rehuir del entretenimiento y placer a través de "lo previsible".

Se decanta por la novela corta, por ser el género que le ofrece más libertad y por su "laxitud", porque, explica, a diferencia del poema o el cuento "no tiene una exigencia de calidad tan alta". El propio autor se inscribe en la corriente surrealista que aún se mantenía viva en Argentina en los años sesenta y pese a que Córtazar fue "un gran amor de juventud" considera sus maestros a Borges, Machado de Assis o César Vallejo.

César Aira, que ya prepara un nuevo trabajo sobre los indios de Argentina, aprovecha su visita a España para participar en el seminario que sobre arte contemporáneo y literatura se inaugurará mañana en la Casa Encendida de Madrid, donde intervendrá en su jornada de apertura. En cualquier caso, su pasión por el arte se queda sólo en "afición y en divertimiento", al considerar que tanto en la literatura como en la plástica o la escultura hay que "jugarse todo", de lo contrario "no cala", concluye.
Fuente: Revista Ñ

Del recuerdo de Cortázar a la soledad de América Latina_ Revista Ñ

Fuente: Archivo personal Cortazar


"El argentino que se hizo querer de todos". México, 12/2/94.

Fui a Praga por última vez en el histórico año de 1986, con Carlos Fuentes y Julio Cortázar. Viajábamos en tren desde París porque los tres éramos solidarios en nuestro miedo al avión, y habíamos hablado de todo mientras atravesábamos la noche dividida de las Alemanias, sus océanos de remolacha, sus inmensas fábricas de todo, sus estragos de guerras atroces y amores desaforados. A la hora de dormir, a Fuentes se le ocurrió preguntarle a Cortázar cómo y en qué momento y por iniciativa de quién se había introducido el piano en la orquesta de jazz. La pregunta era casual y no pretendía conocer nada más que una fecha y un nombre, pero la respuesta fue una cátedra deslumbrante que se prolongó hasta el amanecer, entre enormes vasos de cerveza y salchichas con papas heladas.

Cortázar, que sabía medir muy bien sus palabras, nos hizo una recomposición histórica y estética con una versación y una sencillez apenas creíbles, que culminó con las primeras luces en una apología homérica de Thelonious Monk. No sólo hablaba con una profunda voz de órgano de erres arrastradas, sino también con sus manos de huesos grandes como no recuerdo otras más expresivas. Ni Fuentes ni yo olvidaríamos jamás el asombro de aquella noche irrepetible (...) En las muchas veces que nos vimos años después, lo único que había cambiado en él era la barba densa y oscura, pues hasta dos semanas antes de su muerte parecía cierta la leyenda de que era inmortal, porque nunca había dejado de crecer y se mantuvo siempre en la misma edad con que había nacido.

Nunca me atreví a preguntarle si era verdad, como tampoco le conté que el otoño triste de 1956 lo había visto, sin atreverme a decirle nada, en su rincón del Old Navy, y sé que dondequiera que esté ahora estará mentándome la madre por mi timidez. Los ídolos infunden respeto, admiración, cariño y, por supuesto, grandes envidias. Cortázar inspiraba todos esos sentimientos como muy pocos escritores, pero inspiraba además otro menos frecuente: la devoción. Fue, tal vez sin proponérselo, el argentino que se hizo querer de todo el mundo. Sin embargo, me atrevo a pensar que si los muertos se mueren, Cortázar debe estar muriéndose otra vez de vergüenza por la consternación mundial que causó su muerte. Nadie le temía más que él, ni en la vida real ni en los libros, a los honores póstumos y a los fastos funerarios. Más aún: siempre pensé que la muerte misma le parecía indecente.

En La vuelta al día en 80 mundos un grupo de amigos no puede soportar la risa ante la evidencia de que un amigo común ha incurrido en la ridiculez de morirse. Por eso, porque lo conocí y lo quise tanto, me resistí a participar en lamentos y elegías por Cortázar. Preferí seguir pensando en él como sin duda él lo quería, con el júbilo inmenso de que haya existido, con la alegría entrañable de haberlo conocido, y la gratitud de que nos haya dejado para el mundo una obra tal vez inconclusa pero tan bella e indestructible como su recuerdo.


"La soledad de América Latina". Estocolmo, 8/12/1982


Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que, sin embargo, parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen. Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonio más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos.(...) América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental. No obstante, los progresos de la navegación que han reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural.

¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a tres mil leguas de nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.

Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte.

Una ventaja que aumenta y se acelera: cada año hay setenta y cuatro millones más de nacimientos que de defunciones, una cantidad de vivos nuevos como para aumentar siete veces cada año la población de Nueva York.

La mayoría de ellos nacen en los países con menos recursos y, entre éstos, por supuesto, los de América Latina. En cambio, los países más prósperos han logrado acumular suficiente poder de destrucción como para aniquilar cien veces no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino a la totalidad de los seres vivos que han pasado por este planeta de infortunios.

Un día como el de hoy, mi maestro William Faulkner dijo en este lugar: "Me niego a admitir el fin del hombre". No me siento digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que, por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace treinta y dos años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la Tierra.

Fuente: revista Ñ

domingo, 24 de octubre de 2010

La escritura es una venganza...un desquite de la vida_ MVLL en el País

Fuente: El País_Mario Vargas Llosa


Esta es la historia de dos décadas, las que van desde el fracaso de su carrera política en Perú al éxito del Premio Nobel. Es la historia de un hombre que se sintió 'abandonado' por su pueblo, al que dedicó el sacrificio de dejar la literatura. Es la historia de cómo un fracaso lo convirtió en otro hombre. La escritura fue su desquite de la vida. Su venganza. Y es la historia de cómo Mario Vargas Llosa y sus hijos desnudan desde su residencia en Nueva York sus sentimientos durante las 48 horas que siguieron a la conquista del máximo galardón de las letras mundiales.


El día en que ganó el Nobel de Literatura alguien le llevó a Mario Vargas Llosa a Nueva York unos dulces de Arequipa (Perú), guargüeros.

Estaba feliz, era un premio para el Nobel. Los guargüeros son como unos pestiños rellenos; tienen la apariencia de algunas pastas italianas, y saben a dulce de leche. En ese sabor está su infancia, Arequipa entera.

En ese ambiente blanquecino del apartamento alquilado en uno de los edificios más altos de Columbus Circus (Nueva York), el autor de El pez en el agua parecía, en efecto, un pez en el agua. En el paraíso. Como en la infancia, mimado, agasajado. La infancia acabó cuando tenía 11 años y el padre (al que creía muerto) regresó a su vida. Muchos años después, esos dulces y el Nobel le llevan al paraíso que perdió cuando iba a atravesar la raya de la adolescencia. Ahora esos dulcecitos, que son como los que su abuela le hacía, le llevan a la ya tan lejana infancia.

O no tan lejana. El Nobel, de 74 años, tiene aquellos años incrustados en la memoria como el tiempo en que se hizo a casi todo. Ahí descubrió el amor absorbente por la madre, asimiló que no tenía padre, que este estaba en el cielo o que nunca existió, y descubrió la literatura en los libros que circulaban por la casa grande de la familia enorme con la que se crió.

En ese libro, El pez en el agua, se cuenta esa historia, sin la cual es improbable que alguien tenga una idea cabal de quién es de veras este hombre al que muchos aman y otros crucifican. Los que lo crucifican creen que es un reaccionario que cambió de rumbo y traicionó sus ideas izquierdistas de los años sesenta en que toda revolución tenía su asiento; los que le siguen amando o bien ya lo amaban en los sesenta y entendieron su evolución, o bien simplemente le han leído y saben que sobre esta literatura ahora avalada por el Nobel no valen los tópicos amasados con las ideologías.

Los suecos de la Academia, que parecía que nunca iban a aceptar que Vargas Llosa es uno de los grandes escritores del mundo, finalmente le concedieron el Nobel y además fueron muy explícitos sobre las razones del merecimiento: porque ha sido capaz de contar la cartografía (eso dijeron, cartografía) del poder para mostrar sus miserias y también para expresar la lucha, la revuelta, del hombre por la libertad.

A Vargas Llosa le divirtió mucho la palabra cartografía, pero le emocionó verdaderamente el resto de los argumentos. Comentó, ante un grupo de amigos a los que reunió en un bullicioso restaurante italiano de Nueva York: "¡Qué dirán mis críticos!". Enmudecerán. "¡Qué va! Quien está mudo soy yo".

No está mudo, claro que no; se despertó de aquellos catorce minutos de incertidumbre. Creyó que era una broma, como la que le gastaron hace años a Alberto Moravia, pero catorce minutos después le llegó la confirmación: era Premio Nobel de Literatura de 2010. Su hija Morgana, de 36 años, fotógrafa, lo vivió llorando en Lima, con sus dos hijas y con su esposo, Stefan; su hijo Gonzalo, de 43 años, diplomático, funcionario internacional destinado ahora por ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) en Santo Domingo, lo vivió viajando a Haití, y Álvaro, el periodista, de 44 años, escuchó la noticia "estupefacto, paralizado, y luego feliz" en la casa de Washington donde vive con su mujer, Susana, y sus tres hijos.

Las hijas de Gonzalo están en Suiza, en un internado. Todos los nietos ("tienes que añadir ahí a Jurema, mi perra", dice Álvaro, "que es como otro nieto"; desde Lima, salta Morgana: "¿Y por qué te olvidas de mi pobre D'Artagnan, que está tan viejito?") han vivido de manera peculiar esta noticia, que ha revolucionado la vida familiar de esta gente que come guargüeros allá donde se encuentren. La de los Vargas, gracias sobre todo a la capacidad aglutinadora de Patricia Vargas Llosa, la esposa que también fue (o es) prima, es una familia muy sólida, que celebra en unión los veranos y las navidades, que busca cualquier motivo para juntarse y que se apoya también en los tiempos difíciles. Patricia es la brújula de esta navegación familiar, y en tiempos de incertidumbre (cuando Álvaro y Mario riñeron por cuestiones políticas relacionadas con Perú) ella fue la que condujo el conflicto por las vías que permitían un civilizado, y emocionado, reencuentro. Este tuvo lugar en Miami, cuando a Álvaro le dieron un premio, meses después del desencuentro; el padre, la madre y otros miembros de la familia quisieron acompañar a Álvaro, y ahora este dice: "Fui el culpable", con la misma emoción con que vivió la reconciliación.

Así que aquí, en esta familia, todo se vive como un espectáculo tranquilo, pero bullicioso y coral. Y el Nobel iba a ser un terremoto que a todos les afectó de un modo distinto, pero que conmovió por igual a todos. Hablábamos de los nietos. Gonzalo cuenta que, cuando se supo que el abuelo había ganado el principal premio de las letras mundiales, su hija Ariadna, que tiene diez años, le expresó por teléfono su preocupación infantil. Como él, que tenía peores notas que Álvaro en la escuela, Ariadna no obtiene los mejores resultados, y el premio del abuelo la tenía inquieta. Le dijo al padre: "O sea que, como al abuelo le han dado ese premio, a lo mejor ahora los maestros me piden que saque mejores notas".

A Leandro, el hijo mayor de Álvaro, que tiene ahora 14 años, le preguntaron en la escuela si su abuelo era alguien especial. Y se escondió detrás del flequillo como quien quiere huir de un alud. "No, no es nadie especial", farfulló. Tímida como ese sobrino suyo, Morgana, que ha sido compañera nuestra en EL PAÍS, y que ha acompañado a su padre en algunas de las aventuras más arriesgadas (Irak, Israel, Palestina) o placenteras (los escenarios de El paraíso en la otra esquina) tuvo que superar su retraimiento público cuando sonó la noticia y ella era la única representante familiar que podía hacer declaraciones en Lima.

Para curarse de su timidez, la hija más chica de los Vargas se tuvo que tomar tres copas de champán, y sin palabras todavía hizo que todos los periodistas que se agolpaban ante la vivienda familiar limeña pasaran a brindar y a conversar en esa casa de paredes blancas desde la que se ve el mar violento de la costa que acaricia Barranco. La fiesta adquirió tal carácter que la abuela Olga, madre de Patricia, tía de Mario, de 93 años, abandonó su postración y su desgana ante el mundo, se vistió de nuevo, se puso un pañuelo vistoso en su cuello de persona mayor y empezó a hacer declaraciones ante todas las cámaras de todos los noticiarios.

Se animó tanto con la noticia y con la aglomeración que no solo lloró cada vez que se acordaba del éxito de su yerno el Nobel sino que se atrevió a decir que sí, que ella, como Carmen Balcells (su agente literaria), como Fernando de Szyslo, el artista, quizá el más antiguo amigo de Mario, como tantos otros que han estado siempre cerca, iría también a Estocolmo. Cómo no.

Le preguntó un periodista a doña Olga, a la que también llaman Olguita:

-¿Y ya tiene usted traje?

-Tenía. Pero hemos esperado tanto tiempo que ya está apolillado y tendré que comprarme otro.

Han pasado veinte años. "Es curioso", decía Álvaro, y también lo decía el propio interesado, Mario Vargas Llosa, "mucha gente está de acuerdo en decir que han pasado veinte años desde que mi padre merecía tener el Nobel. Veinte años". Quizá, concedió el hijo mayor, fue porque entonces Mario tuvo su gran derrota política, y a partir de entonces ya fue solo un escritor. Su obra hasta entonces, sin duda, merecía ya el galardón, comentamos nosotros. "Sí, pero si hubiera salido presidente", añadió Álvaro Vargas Llosa, "mi padre jamás hubiera obtenido el Nobel".

O sea que es cierto que le vino Dios a ver cuando se produjo esa derrota. Sí, esa es la opinión de Morgana. Y es la opinión de toda la familia, que por otra parte estuvo implicadísima en esa campaña electoral que tanto placer como dolor produjo en los Vargas, e incluso en Mario, que a veces parece inmune a la naturaleza de los desastres.



Fuente: El pais



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http://www.elpais.com/articulo/portada/escritura/venganza/desquite/vida/elpepusoceps/20101024elpepspor_9/Tes

Merecido Homenaje a Enrique Verástegui

Fotografía: Enrique Verástegui


En el marco de la 31ª Feria del Libro Ricardo Palma, la Cámara Peruana del Libro (CPL) ofrecerá este martes 26 de octubre del 2010, a las 19 horas, un homenaje literario al poeta peruano Enrique Verástegui, fundador del Movimiento Hora Zero y ganador de la prestigiosa beca de la Fundación Guggenheim.

Como parte de este homenaje, los pasadizos de la feria llevarán los nombres de algunas de sus obras literarias: En los extramuros del mundo, Monte de Goce, Angelus Novus y El Motor del deseo.

El homenaje, a realizarse en el anfiteatro Chabuca Granda del Parque Kennedy de Miraflores, contará con la presencia del escritor y periodista peruano Maynor Freyre; el poeta Tulio Mora, el psiquiatra y psiconalista Jaime Arias; y el presidente de la Cámara Peruana del Libro, Jaime Carbajal.

Enrique Verástegui Peláez nació el 24 de abril de 1950 en Lima, pero se crió en la vecina ciudad de San Vicente de Cañete, de donde volvió para proseguir sus estudios de economía, administración de empresas y contabilidad en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Allí publicó su primer libro: En los extramuros del mundo, que recibió el reconocimiento de la crítica especializada y del público lector en Perú y toda América Latina.

Al recibir el reconocimiento, Verástegui decide dedicarse a la escritura de un solo libro, un solo poema, el que tituló Ética: Libro de la sabiduría, que concluiría con felicidad algunas décadas después. En 1976, obtiene la prestigiosa beca Guggenheim, lo que le permite viajar a Barcelona, Menorca, en las islas Baleares, y París, donde escribe su libro El motor del deseo: Dialéctica y trabajo poético.


Mi poema favorito de Enrique Verástegui

DATZIBAO

De pronto perdí todo contacto contigo.
Ya no pude llegar al teléfono, recordar ese número y llegar a tu casa que no conocí.
Ya no pude volar sobre ti como todos los días a las tres de la tarde estas pobres alas no dieron más
y aquí me tienes ideando estas líneas que reflejan mis ojos cansados de ir caminando con la mente y las manos repletas de yerba.
Yo fui el primer sorprendido.
La extrañeza de ser dos aves hurgándose el pecho y corriendo uno detrás del otro entre las matas y bancas del parque.
y éramos arrojados fuera de nosotros mismos y por esto fue que conocí tu ciudad
y me apreté contra ti buscando desesperadamente encontrarme en tus ojos y amé todas tus cosas
y tu mirada angustiada y esa seriedad para responderme a ciertas preguntas y cuestiones que nos diferenciaron para siempre de las personas nacidas antes de 1950
tu maravilloso instinto agresivo desarrollado contra los males del tiempo y portándote como en la más furiosa embestida
en la batalla por un lugar en el taxi que nos alejó miles de cuadras más cerca de la pasión de la vida
hoy miércoles y no otro día.
Porque ya es hora de ir poniendo las cosas en claro y más que nada empezar a ser uno mismo
un solo obstinado bloque de rabia.
tú por todo lo que para mí reflejabas lo más claro eres mi sopor antes de echarte a gritar por estos sitios malditos
aún después de haber transformado esa palabrita bestialmente lúcida en una flor obsesiva
que yo no quiero acariciar ni comprender el suicidio mi amiga es una espera maldita.
como puede ser aguantarnos un par de horas más en el parque en medio de un viento furioso que pugna por arrancar de raíz lo más nuestro de nosotros
y tú junto a mí convertida en mi aliento escuchándote aprendiendo de ti a la Molina no voy más esa canción negra arde en mi pecho, me aplasta, levanta, avienta a decir no contra todo.
Cada uno recuerda su primera caída.
Cada uno recuerda paso por paso los pasos que fue dando y los que no dio porque en uno mismo está el propio enemigo.
Y yo me levanto para luchar contra mí - y me tengo miedo.
Lo perfecto consiste en desabotonarnos el torso mientras vamos salvajemente penetrando en esta selva de arenas movedizas
y tu vida o mi vida no ruedan como esas naranjas plásticas que eludimos porque tú y yo somos carne
y nada más que un fuego incendiando este verano.
La vida se abre como un sexo caliente bajo el roce de dedos reventando millares de hojas tiernas y húmedas,
y no dijimos nada pero exigíamos a gritos destruir la ciudad, esta ciudad ese monstruo sombrío escapado de la mitología
devorador de sueños.
Y el musgo creció como un verso clarísimo en tus ojos.
tú querías leer mis poemas aferrarte a ese instante de dulzura donde jamás hubo límites entre uno y otro ser
y fuiste sólo una muchacha que pasó por mis ojos silenciosamente pegada a mí a mi secreta manera de enredarme en las cosas de explicar un mundo indeciso sembrado con piedras
yo que creí que nada era nada en cualquier lugar de este mundo
y de pronto me di con tus sueños como con un golpe de mar sobre el rostro
y luego adiós porque todo y nada puede explicarse en el amor y porque todo y nada se explica en nosotros y con nosotros.

(De En los Extramuros del Mundo)

Vamos a la Feria del Libro Ricardo Palma

Fotografía: El tren de los libros


Luego de dos años, la Feria del Libro Ricardo Palma regresa a su sede tradicional del Parque Kennedy, de Miraflores, y en esta 31 edición, que empieza desde el 21 de octubre y que ofrecerá un homenaje a nuestro flamante Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.

El evento, organizado por la Cámara Peruana del Libro, se desarrollará desde mañana hasta el 1 de noviembre, y se tiene previsto la participación de 83 instituciones – librerías, editoriales, ONG, distribuidoras -, que ofrecerán más de 100 mil títulos. Además, se realizarán actividades como conferencias, conversatorios, mesas redondas y presentaciones de libros.

En colaboración con la Casa del Libro Viejo han preparado un espacio exclusivamente para Vargas Llosa, donde el público podrá apreciar las primeras ediciones de los libros del autor de La ciudad y los perros. Además, habrá fotografías alusivas a su vida y obra y quienes lo deseen pueden dedicarle algunas palabras en un cuadernos de saludo, que le será entregado al escritor cuando retorne a Lima.

INVITADOS Y NOVEDADES. Entre los invitados internacionales que tendrá la feria destacan: el escritor chileno Álvaro Bisama, quien presentará su libro Death Metal; el colombiano Santiago Martínez y la argentina Cielo Latini, quien presentará su último libro, Chubasco.

Entre las novedades editoriales destacan, el último libro del escritor peruano Santiago Roncagliolo, Tan cerca de la vida; así como La violencia del tiempo, de Miguel Gutiérrez. También se presentarán Hotel Planeta de Marcela Robles; Los niños góticos de Javier Arévalo; entre otros.

Fuente: Perú21

Para ver el programa completo de la feria de click aqui :


sábado, 16 de octubre de 2010

CARTAS A UN JOVEN POETA

Pintura: Arbol de la Vida-Gustav Klimt

París, a 17 de febrero de 1903

"... Usted pregunta si sus versos son buenos. Me lo pregunta a mí, como antes lo preguntó a otras personas. Envía sus versos a las revistas literarias, los compara con otros versos, y siente inquietud cuando ciertas redacciones rechazan sus en ...sayos poéticos. Pues bien -ya que me permite darle consejo- he de rogarle que renuncie a todo eso. Está usted mirando hacia fuera, y precisamente esto es lo que ahora no debería hacer. Nadie le puede aconsejar ni ayudar. Nadie... No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora más callada de su noche: "¿Debo yo escribir?" Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria pregunta con un "Si debo" firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida. Que hasta en su hora de menor interés y de menor importancia, debe llegar a ser signo y testimonio de ese apremiante impulso. Acérquese a la naturaleza e intente decir, cual si fuese el primer hombre, lo que ve y siente y ama y pierde. No escriba versos de amor. Rehuya, al principio, formas y temas demasiado corrientes: son los más difíciles. Pues se necesita una fuerza muy grande y muy madura para poder dar de sí algo propio ahí donde existe ya multitud de buenos y, en parte, brillantes legados. Por esto, líbrese de los motivos de índole general. Recurra a los que cada día le ofrece su propia vida. Describa sus tristezas y sus anhelos, sus pensamientos fugaces y su fe en algo bello; y dígalo todo con íntima, callada y humilde sinceridad. Valiéndose, para expresarse, de las cosas que lo rodean. De las imágenes que pueblan sus sueños. Y de todo cuanto vive en el recuerdo.

Si su diario vivir le parece pobre, no lo culpe a él. Acúsese a sí mismo de no ser bastante poeta para lograr descubrir y atraerse sus riquezas. Pues, para un espíritu creador, no hay pobreza. Ni hay tampoco lugar alguno que le parezca pobre o le sea indiferente. Y aun cuando usted se hallara en una cárcel, cuyas paredes no dejasen trascender hasta sus sentidos ninguno de los ruidos del mundo, ¿no le quedaría todavía su infancia, esa riqueza preciosa y regia, ese camarín que guarda los tesoros del recuerdo? Vuelva su atención hacia ella. Intente hacer resurgir las inmersas sensaciones de ese vasto pasado. Así verá cómo su personalidad se afirma, cómo se ensancha su soledad convirtiéndose en penumbrosa morada, mientras discurre muy lejos el estrépito de los demás. Y si de este volverse hacia dentro, si de este sumergirse en su propio mundo, brotan luego unos versos, entonces ya no se le ocurrirá preguntar a nadie si son buenos. Tampoco procurará que las revistas se interesen por sus trabajos. Pues verá en ellos su más preciada y natural riqueza: trozo y voz de su propia vida.

Una obra de arte es buena si ha nacido al impulso de una íntima necesidad. Precisamente en este su modo de engendrarse radica y estriba el único criterio válido para su enjuiciamiento: no hay ningún otro. Por eso, muy estimado señor, no he sabido darle otro consejo que éste: adentrarse en sí mismo y explorar las profundidades de donde mana su vida. En su venero hallará la respuesta cuando se pregunte si debe crear. Acéptela tal como suene. Sin tratar de buscarle varias y sutiles interpretaciones. Acaso resulte cierto que está llamado a ser poeta. Entonces cargue con este su destino; llévelo con su peso y su grandeza, sin preguntar nunca por el premio que pueda venir de fuera. Pues el hombre creador debe ser un mundo aparte, independiente, y hallarlo todo dentro de sí y en la naturaleza, a la que va unido."

Cartas a un joven poeta de Rainer María Rilke

lunes, 11 de octubre de 2010

El Centenario de Miguel Hernandez


España celebra los cien años de Miguel Hernandez


Hijo de la sombra, de Hijo de la luz y de la sombra-Miguel Hernandez

" Eres la noche, esposa: la noche en el instante
mayor de su potencia lunar y femenina.
Eres la medianoche: la sombra culminante
donde culmina el sueño, donde el amor culmina.

Forjado por el día, mi corazón que quema
lleva su gran pisada del sol adonde quieres,
con un sólido impulso, con una luz suprema,
cumbre de las montañas y los atardeceres.

Daré sobre tu cuerpo cuando la noche arroje
su avaricioso anhelo de imán y poderío.
Un astral sentimiento febril me sobrecoge,
incendia mi osamenta con un escalofrío.

El aire de la noche desordena tus pechos,
y desordena y vuelca los cuerpos con su choque.
Como una tempestad de enloquecidos lechos,
eclipsa las parejas, las hace un solo bloque.

La noche se ha encendido como una sorda hoguera
de llamas minerales y oscuras embestidas.
Y alrededor la sombra late como si fuera
las almas de los pozos y el vino difundidas.

Ya la sombra es el nido cerrado, incandescente,
la visible ceguera puesta sobre quien ama;
ya provoca el abrazo cerrado, ciegamente,
ya recoge en sus cuevas cuanto la luz derrama.

La sombra pide, exige seres que se entrelacen,
besos que la constelen de relámpagos largos,
bocas embravecidas, batidas, que atenacen,
arrullos que hagan música de sus mudos letargos.

Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,
tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.
Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,
con todo el firmamento, la tierra estremecida.

El hijo está en la sombra que acumula luceros,
amor, tuétano, luna, claras oscuridades.
Brota de sus perezas y de sus agujeros,
y de sus solitarias y apagadas ciudades.

El hijo está en la sombra: de la sombra ha surtido,
y a su origen infunden los astros una siembra,
un zumo lácteo, un flujo de cálido latido,
que ha de obligar sus huesos al sueño y a la hembra.

Moviendo está la sombra sus fuerzas siderales,
tendiendo está la sombra su constelada umbría,
volcando las parejas y haciéndolas nupciales.
Tú eres la noche, esposa. Yo soy el mediodía. "

MVLL y los escritores o los escritores y MVLL

Fuente: Retratos MVLL


De todas las revista de literatura que me gusta leer, Revista Ñ publico este excelente articulo. Disfrutenlo ¡¡¡


Consenso entre los escritores del mundo

Juan Gelman
Escritor argentino. Entrevistado en Frankfurt por Ezequiel Martínez, del equipo de enviados especiales de Clarín.
“Me parece muy bien que se lo hayan otorgado. Cualquier premio al talento de alguien es bienvenido, y aunque uno no tenga afinidad con sus ideas políticas y sus posturas ideológicas, como en el caso de Vargas Llosa, eso no quita que sea un gran escritor”.
-¿Cree que es un reconocimiento demorado?
-Sí, claro que sí. Hace rato que se lo tendrían que haber dado.
-¿Es también un reconocimiento de la Academia Sueca a la literatura de América latina?
-No, francamente no. Creo que sólo se ha premiado a la literatura de Vargas Llosa.

Federico Jeanmaire
Escritor argentino, Premio Clarín 2009, entrevistado en Frankfurt por los enviados especiales.
“Yo creo que el Nobel últimamente se ha puesto un poquito más comercial. De hecho sale en estos días de la Feria de Frankfurt. Hace un tiempo “me separé” de Vargas Llosa, pero me alegro por Latinoamérica.

Daniel Divinsky
Editor argentino. Director de Editorial De la Flor.
“Lo pensé mucho y tengo sentimientos encontrados. Creo que podría haber sido peor. El primer Vargas Llosa le encantaba al primer Divinsky. Después no se gustaron tanto. Ni mencionar que me hubiera gustado que lo gane Gelman, por una multitud de motivos”.

Félix Bruzzone
Escritor argentino
“Me parece fenómeno. Es un autor de la c... de la lora, más allá de su posicionamiento político. También está bueno que se lo den a un latinoamericano”.

Junot Díaz
Escritor dominicano
“Como tipo, Vargas Llosa siempre me tocó como demasiado elitista y derechista. Por mi experiencia, mi política, como tipo no me cae muy bien. Cuando corrió para ser presidente de Perú tenía a su lado mucha gente y mucho grupo que a cualquiera le da miedo.
Pero por el otro lado el tipo ha trabajado muy, muy duro, ha escrito novelas, cuentos, ensayos muy geniales y libros de primer nivel. Nadie puede quitarle su trabajo literario”.


Carlos Fuentes
Escritor mexicano
“Me da una gran alegría, es un gran escritor de nuestra lengua y un escritor universal. Toda su obra es de una gran creatividad, todos sus libros forman una sola obra con distintas aristas”.

Amin Maalouf
Escritor libanés
“Es un premio muy merecido. Mario es el autor de una obra muy importante, que tiene muchas facetas tanto desde un punto de vista narrativo, como de la temática, la inventiva, la creatividad”.

Nélida Piñón
Escritora brasileña
“El es un gran escritor, que se destaca no sólo por su texto, sino también por su pensamiento independiente. Es una de las conciencias más agudas y autónomas de las Américas. Nunca dejó de decir lo que piensa”.

Juan José Millás
Escritor español
“La obra de Vargas Llosa es una de las grandes novelísticas del Siglo XX en español y está a la altura de la mejor novelística que podamos imaginar”.

Alvaro Mutis
Escritor colombiano
“Como novelista, Vargas Llosa es absolutamente genial, entonces está muy justificado todo lo que se haga en honor a él”.

Hernán Rivera Letelier
Escritor chileno
“Entre mis maestros siempre estuvo él también. Aluciné con ‘La casa verde’ y con ‘La ciudad y los perros’”.

Fuente: Revista Ñ


domingo, 10 de octubre de 2010

El Perú celebra. Mario Vargas Llosa gana el premio Nobel de Literatura

El sueño Celta de Mario Vargas LLosa


Mario Vargas Llosa tiene ya lista su nueva novela, “El sueño del celta”, que saldrá a la venta el próximo 3 de noviembre. Aqui puede leer el primer capítulo del nuevo trabajo del Nobel de Literatura. El adelanto es del diario El País.

http://www.elpais.com/elpaismedia/ultimahora/media/201010/07/cultura/20101007elpepucul_2_Pes_PDF.pdf